domingo, 18 de enero de 2009

Rusia y Ucrania cierran la «guerra del gas» con un acuerdo de precios



RAFAEL M. MAÑUECO MOSCÚ
Domingo, 18-01-09
«Desgraciadamente, y quiero subrayar esto, nuestros esfuerzos no han dado resultado», fue la primera frase del presidente ruso, Dmitri Medvédev, en la rueda de prensa tras la Conferencia Internacional organizada en Moscú para cerrar el conflicto energético. Era media tarde en Moscú. El primer ministro, Vladímir Putin, y su homóloga ucraniana, Julia Timoshenko, «continuarán las conversaciones», anunciaba Medvédev.
Y tanto que las continuaron. A tan buen ritmo que, pasada la media noche, era el propio Putin quien, en conferencia de prensa conjunta con Timoshenko, anunciaba: «Se ha logrado un acuerdo para que el comercio con gas entre Rusia y Ucrania se efectúe totalmente según la fórmula europea para el establecimiento de precios». Lo que el primer ministro ruso quería decir es que en 2009, Ucrania, por la que transita el 80 por ciento del gas ruso que recibe Europa, tendrá un descuento del 20 por ciento para la compra de gas natural ruso, si se mantiene la tarifa preferencial de tránsito vigente en 2008.
Dicho claramente, a partir de enero de 2010 Ucrania pagará los mismos precios fijados para el mercado de Europa occidental. Esta era una exigencia rusa a la que las autoridades ucranianas se negaban a acceder aduciendo la debilitada economía del país. Las posturas eran muy distantes, pero la inflexibilidad de Moscú quedó clara con las palabras del presidente Medvédev: «Hay países con una situación económica peor que la de Ucrania y pagan el gas a precios europeos».
Tecnicismos y tarifas especiales aparte, el acuerdo alcanzado entre Putin y Timoshenko significa que el martes por la mañana se restablecerá progresivamente el suministro de gas a la Unión Europea. Así lo refrendó la jefa del Gobierno ucraniano: «Después de la firma de los documentos —se realizará mañana— serán reanudados todos los suministros». La «guerra del gas» ha terminado. Al parecer.
La Comisión Europea había advertido el viernes que Rusia y Ucrania tienen la «última oportunidad para demostrar su credibilidad como socios energéticos». Al Gobierno ruso no le ha gustado que Bruselas responsabilizase por igual a Moscú y Kiev del desbarajuste. En el Kremlin, durante esta Conferencia del gas, el portavoz del jefe del Gobierno ruso, Dmitri Peskov, afirmó que «la UE no está contribuyendo a encontrar una solución... Es injusto que se ponga a Rusia y Ucrania al mismo nivel».
Satisfacción
El portavoz de Energía de la Comisión Europea, Ferrán Tarradellas, presente en Moscú, se mostró anoche satisfecho por el acuerdo alcanzado «en un conflicto que debían resolver Rusia y Ucrania», declaró a este periódico, considerando «muy positivo» que Putin y Timoshenko abordaran la negociación personalmente «incluso prolongándola después de la cena».
Moscú había convocado el cónclave de ayer con formato de cumbre de jefes de Estado de países que transportan y consumen gas, pero por la parte europea «sólo» estuvieron presentes el comisario de Energía, Andris Piebalgs, y los ministros de Industria checo, Martín Riman, y de Economía eslovaco, Lubomir Jahnátek.

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